LOS SISTEMAS DE INFORMACIÓN GEOGRÁFICA (SIG)
EN LA EDUCACIÓN ESCOLAR DEL SIGLO XXI
La Geografía que se enseña en la escuela es una de las disciplinas que experimenta en la actualidad mayores cambios para adaptarse a la nueva sociedad del conocimiento. Estos cambios se reflejan tanto en la forma como los estudiantes aprenden el espacio geográfico como en los planteamientos didácticos actualizados que estos requieren.
Es importante recordar que los lugares no solamente son nombres, sino lugares físicos en un espacio real, cuyo conocimiento implica situar y relacionar de forma significativa patrones geográficos, económicos, sociales y culturales que ocurren en estos, para poder, por ejemplo, compararlos con otros espacios
Según Pilar Comes Solé son tres los principales aportes que hacen las TIC a la enseñanza actual de la geografía [1]:
1. El uso de Internet como fuente de información cartográfica (mapas estáticos, dinámicos y georeferenciados) y de tecnología digital para el tratamiento y reproducción de dichas fuentes. (Mapmapker, ArcExplorer, videobeam).
2. El empleo de software para elaborar mapas y para organizar información geográfica (hojas de cálculo y bases de datos).
3. La utilización de software específico para tratar o manipular información geográfica. Nos referimos aquí específicamente a los Sistemas de Información Geográfica (SIG o GIS por la sigla en inglés: Geographic Information Systems) que permiten conectar mapas con Bases de Datos con el fin de reflejar los más variados fenómenos, que pueden incluir en sus representaciones las cuatro dimensiones espacio � temporales.
PENSAMIENTO ESPACIAL
El pensamiento espacial constituye una parte importante de la cognición en general, y hace referencia a los procesos a través de los cuales las personas perciben, almacenan, recuerdan, crean, editan y comunican imágenes espaciales.
Las habilidades del pensamiento espacial que se requieren en el aprendizaje de la geografía: trasladar mentalmente un objeto de tres a dos dimensiones (transformación y rotación); tener conciencia de propiedades de distancia (adyacente, próximo, cercano, lejano, muy distante, etc.); comprender orientación y dirección (norte, sur, oriente, occidente); usar marcos de referencia (sistemas de numeración de calles o de longitud y latitud); realizar asociaciones geográficas de espacio (falta relativa de ciudades en áreas desérticas, patrones de densidad de ciudades en áreas agrícolas fértiles, asociación entre zonas de ganadería y fábricas de productos lácteos, etc); y tener habilidades para la lectura de mapas, entre otras. Estas habilidades se enmarcan en tres dimensiones que de acuerdo a muchos autores conforman el pensamiento espacial: la visualización espacial, la orientación espacial y las relaciones espaciales.